El Banco Central aumentó su tasa de interés de política monetaria (TPM) en 25 puntos básicos, pasando de 8.25% a 8.50% anual. De este modo, la tasa de la facilidad permanente de expansión de liquidez (Repos a 1 día) incrementa de 8.75 % a 9.00 % anual y la tasa de depósitos remunerados (Overnight) de 7.75% a 8.00% anual.

Esta decisión se basa en una evaluación exhaustiva del comportamiento reciente de la economía, especialmente de la evolución de las presiones inflacionarias. Con relación a los factores externos, recientemente se ha registrado una moderación en los precios de las materias primas, particularmente del petróleo y de los alimentos; así como en los costos del transporte de contenedores a nivel global.

Por otro lado, la inflación doméstica ha estado influenciada por los efectos de segunda vuelta de estos componentes externos y por presiones de demanda interna, en la medida que se mantiene el impulso de la actividad económica.

En ese contexto, la variación mensual del índice de precios al consumidor (IPC) fue de 0.29% en septiembre, luego de una variación de 0.21 % en agosto, significativamente inferior al promedio mensual de los últimos 12 meses. De esta forma, la inflación interanual mantiene su moderación, al reducirse en unos 100 puntos básicos, desde un máximo de 9.64% en abril a 8.63% en septiembre.

Asimismo, la inflación subyacente interanual, que excluye los componentes más volátiles de la canasta, comienza a dar señales de moderación, al pasar de 7.29% en mayo a 7.04% en septiembre, tomando en cuenta que esta variable tiende a reaccionar con un mayor rezago a las medidas de política monetaria.

Debido al inicio oportuno del proceso de incrementos a la TPM en noviembre del pasado año, los mecanismos de transmisión de la política monetaria han estado operando de manera efectiva, por lo que se espera que la inflación interanual continúe desacelerándose en los próximos meses.

En efecto, con este incremento de 25 puntos básicos y bajo las previsiones económicas actuales, la tasa de interés de referencia ha alcanzado el nivel adecuado para que la inflación converja al rango meta de 4% ± 1 % antes de que finalice el segundo trimestre del próximo año.

En efecto, las medidas monetarias restrictivas, junto a menores expectativas de inflación, han contribuido a que la tasa de interés real interbancaria se encuentre aproximadamente un punto porcentual por encima de su nivel neutral estimado.

Asimismo, se ha mantenido un diferencial favorable respecto a las tasas de interés de las economías avanzadas, contribuyendo a los flujos de capitales. A su vez, se evidencia una desaceleración importante de los agregados monetarios y un aumento en las tasas de interés de la banca múltiple, principalmente en la pasiva.

En el complejo panorama actual, los riesgos se mantienen elevados. El BCRD estará dando seguimiento permanente a las condiciones financieras externas y a las expectativas de los agentes económicos, por si fuera necesario tomar medidas adicionales para preservar la estabilidad de precios.

Comparación
En el entorno internacional, las tensiones geopolíticas han provocado un deterioro de las proyecciones económicas globales. En ese orden, en su informe más reciente de las Perspectivas Económicas Mundiales, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé un crecimiento global para el presente año 2022 de 3.2%, mientras permanecen elevadas las perspectivas para la inflación mundial.

En América Latina, casi todos los bancos centrales han incrementado sus tasas de política monetaria ubicándolas significativamente por encima de los niveles previos a la pandemia, como es el caso de Argentina (tasa de referencia en 75.00%.), Brasil (13.75%), Chile (11.25%), Colombia (11.00%), Uruguay (10.75 %), México (9.25 %), Costa Rica (9.00 %), Paraguay (8.50 %), Rep. Dominicana (8.50 %), Perú (7.00%), Nicaragua (6.00 %) y Guatemala (3.00%). Como resultado de estas medidas restrictivas, la inflación regional ha presentado signos de moderación, evidenciándose en incrementos más graduales de las tasas de interés de referencia.

En el entorno doméstico, la economía mantiene su impulso, al expandirse de forma acumulada en 5.4% durante los primeros nueve meses del presente año. Las proyecciones de crecimiento económico para el cierre del 2022 se ubican entre 5.0 % – 5.5 %, cercano a su potencial y una de las expansiones más altas entre las economías de la región. Como reflejo del dinamismo de la demanda interna, el crédito privado en moneda nacional está creciendo más de 14 % interanual al cierre de octubre, influenciado principalmente por los préstamos a los hogares.

En cuanto a la política fiscal, se destacan las mayores recaudaciones con relación a lo estimado, que ha otorgado el espacio necesario para aplicar subsidios orientados a mitigar el impacto adverso de los mayores precios de las materias primas; así como para la asistencia a las provincias afectadas por el paso del huracán Fiona.

Por otro lado, se ha observado una apreciación acumulada del tipo de cambio de aproximadamente 6.0% a octubre, como resultado del dinamismo de las actividades generadoras de divisas (turismo, exportaciones, remesas e inversión extranjera directa) y de las mayores entradas de capitales. Este escenario ha contribuido a que las reservas internacionales permanezcan elevadas, ubicándose en torno a los US$ 13,500 millones en octubre, equivalentes a más de 12 % del PIB y unos seis meses de importaciones, superando las métricas recomendadas por el FMI.

Destaca que la economía dominicana se encuentra en una buena posición para continuar enfrentando el desafiante panorama internacional, tomando en cuenta la fortaleza de los fundamentos macroeconómicos y la resiliencia de los sectores productivos. El Banco Central de la República Dominicana reafirma su compromiso de conducir la política monetaria hacia el logro de su meta de inflación y el buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos.