Pablo Hernández de Cos admite que el alza del SMI es útil para combatir la desigualdad, pero alerta de los “efectos secundarios” de encarecer los sueldos; la patronal cree que la subida del SMI es “política” y la vicepresidenta Yolanda Díaz defiende que ha habido diálogo social
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha pedido este viernes “una cierta prudencia sobre cualquier decisión” de subida del salario mínimo. El gobernador ha asegurado que el incremento de SMI “tiene efectos secundarios”. “Sabemos que incrementos moderados en el SMI generan efectos negativos moderados en el empleo, pero que pueden ser más elevados en colectivos de baja productividad, jóvenes o mayores de 45 años”, ha afirmado durante su participación en un acto en Barcelona. En el mismo sentido apuntó un informe publicado el pasado junio por la entidad que preside Hernández de Cos, quien ha admitido que no obstante es necesario “hacer más estudios” para analizar las consecuencias en el largo plazo. Hernández de Cos ha afirmado igualmente que incrementar el SMI “se ha demostrado útil” en la lucha contra las desigualdades en economías avanzadas.
El gobernador ha contextualizado la subida en un momento en que la recuperación “es firme”, aunque también ha dicho que es “heterogénea” y está siendo más lenta en sectores donde “la incidencia del SMI es particularmente elevada, como los servicios o las pymes”. “Si hay un compromiso político sobre el incremento gradual del SMI y se aceptan los efectos secundarios, se debe poner el foco en la formación y en el incremento de la productividad”, ha asegurado Hernández de Cos. Ambos aspectos pueden ayudar a minimizar los posibles efectos perniciosos sobre el empleo, ha explicado.
El Gobierno y los sindicatos pactaron el jueves la subida del salario mínimo interprofesional en 15 euros al mes durante una reunión convocada de urgencia. El pacto, del que se apeó la patronal, deja el sueldo mínimo en 965 euros mensuales en 14 pagas con efectos retroactivos desde el 1 de septiembre. Eso supone un incremento del 1,6% respecto al SMI de 2020.
Este viernes, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha afirmado que la decisión de subir el salario mínimo interprofesional (SMI) a partir del 1 de septiembre “estaba ya tomada” y que el Gobierno “lo único que ha hecho es darle vueltas a su propio solitario”. Garamendi ha afirmado que se trata de una decisión “en clave política y no [fruto] de un planteamiento serio”. Junto a una mayor economía sumergida y la pérdida de empleos, el presidente de la patronal ha alertado de que, a medio plazo y “si esto sigue así”, que el Gobierno pueda decidir las subidas salariales “podría romper en el futuro la negociación colectiva”. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha respondido a estas palabras afirmando que “ha habido diálogo social”.